" Saben que la entrega incondicional es peligrosa. A un político, a un autor, a un actor se les admira a distancia. Cuando se produce el encuentro personal con el ídolo, no responde a las esperanzas. Y entonces la opinión cambia con facilidad. El increíble golpe de la suerte, la fortuna de llegar hasta la alcoba de la diva, produce inevitable desilusión. Con los vestidos, cae también la diosa. El eros alcanza su mayor eficacia en lo inesperado, en lo que se creía inalcanzable.
En mi caso no hubo cumplidos. Me mantuve normal, por mucho que profundizaran en sus sondeos. Cierto que pocas veces lo normal coincide con lo rectilíneo. Lo normal es la constitución humana. Lo rectilíneo es la razón lógica. Con ella se pueden dar satisfacción lógica a sus preguntas. Lo humano, por el contrario, es tan general y al mismo tiempo tan oculto que no pueden percibirlo, como no se advierte el aire que respiramos. Por eso, no pudieron penetrar hasta el anarquismo de mi estructura fundamental.
Parece complicado, pero es muy simple, porque anárquicos somos todos. Eso es lo normal en nosotros. Cierto que es un anarquismo al que, desde el primer día, se le pone coto, a través del pader y de la madre, del estado y de la Sociedad. Son recortes, sangrás de la fuerza primordial, a la que nadie escapa.Hay que contar con ellas. Pero el componente anárquico sigue en el fondo, como un secreto inconsciente hasta a sus propios portadores. Puede irrumpir, desde lo profundo, como lava, puede aniquilarlos y tambien liberarlos.
Pero aquí hay que distinguir: el amor es anarquico, el matrimonio no. El guerrero es anárquico, el soldado no.El homicida es anárquico, el asesino no.Cristo es anárquico, Pablo no.Claro está qué, por ser lo anárquico lo normal, también estuvo presente en Pablo y también a veces brotó poderosamente de su interior. Pero esto no son contradiciones sino gradaciones. La historia Universal se mueve mediante la anarquía. En suma: el hombre libre es anárquico, el anarquista no."
EUMESWIL Ernst Jünger.